Los gatos carey se conocen así porque su pelaje recuerda mucho al caparazón de la tortuga marina, son gatos tímidos y distantes con extraños, pero cuando crean un fuerte vínculo, muestran todo su afecto al mejor estilo felino con mordiditas y pequeños rasguños, después de todo, los gatos carey son los amigos más leales que pueden existir.
Algunas personas creen que son una raza, sin embargo, la mayoría de los gatos carey tienen una alteración genética que se manifiesta en el pelaje, creando así ese color característico. Otro error acerca de estos gatos es pensar que solo las hembras pueden tener este color, aunque es raro verlo, también es posible encontrar algunos machos con estos distintivos colores.
Cada gato carey tiene un patrón único de colores, que ni siquiera se puede repetir por medio de clonación.